domingo, 27 de septiembre de 2009

MAGALY MEDINA

Tal vez muchos se sorprendan, que escriba éstas líneas acerca del aporte que Magaly Medina le ha dado al Perú.

Y considero, que Magaly, es una persona de valía a pesar de lo que digan sus detractores.

No pretendo hacer un análisis de su vida, que ya está bien documentada, sino del cambio que se ha producido, en nuestras mentes, durante los años que ha presentado su programa televisivo; tampoco pretendo juzgarla por sus críticas, que a veces parecían insistentes y despiadadas, en algunos de sus reportajes.

Como anécdota contaré que en un principio la veía a escondidas, cuando vivía con mi madre y hermano, hasta que me di cuenta que ellos también la veían, cosa que me sorprendió sobremanera.

Considero que la Medina, fue ganándose el reconocimiento de los peruanos, y también, de las audiencias de otros países con su divertida manera de presentar los reportajes y “ampays” de la farándula y espectáculo.

Al programa que lleva casi quince años difundiéndose, casi sin interrupción, y con una popularidad creciente reflejada en múltiples encuestas y premios recibidos, le atribuyo el mérito, de haber dspertado la conciencia nacional, que casi siempre se caracterizó por su pacifismo, que a veces parecía sumisión.

Le tocó vivir la dictadura disfrazada de Fujimori, que nos tenía perplejos con los destapes de los videos y mal uso del dinero. El pueblo, en medio de esos destapes, se entretenía y distraía, con la sinceridad franca y abierta de Magaly. Antes de ella, nadie se atrevía a criticar a nadie, y la prensa tímida y sumisa, nos tenía en un letargo de años.

Es un juicio de valor, que puede ser cierto o no, pero para mí, ella nos ha dictado una cátedra continua y diaria, de saber cómo decir las cosas, y no taparlas, para que luego reviente en nuestras caras y desenmascare nuestros miedos, temores y medias verdades. Es cierto, que ella ha sido áspera y dura, con algunas personas, pro cuando la llaga está abierta, no se puede curar sin causar dolor, y hay que mostrarla y limpiarla, antes de ser curada.

Tal vez ahora, muchos de los que fueron sorprendidos en faltas morales, le agradezcan por haberles hecho abrir sus ojos, ante la sorpresa de todos, y caer en cuenta, que tenían los ojos vendados.

Esto enseñará a ser prudentes en nuestros actos, y saber, que todo lo que se hace, tarde o temprano, tiene una consecuencia. Algunas veces me dio pena ver cómo mostraba detalles de la vida privada de las personas, pero también es cierto, que uno expone su vida, y el sol no se puede tapar con un dedo.

Magaly, pasó por muchas dificultades, al enrostrarles los defectos a las personas, pero a todo el resto del país, nos dio una cátedra gratuita, de cómo vivir y de interpretar las señales de los demás.

En el Perú, siempre se quizo el status quo, y a nadie le gustaba exponerse, para cambiar las cosas. Ella sí lo hizo y se inmolo sacrificando su libertad.

Ahora el Perú es otro, y así como se han venido produciendo mejoras económicas, ella ha aportado la cuota de verdad.

Creo que su programa, a la vez entretiene, educa. No es por cierto, la educación que quisieran algunos, pero si la educación para enfrentar los tiempos de cambio.

Un país que venía de estar décadas en el atraso, ya necesitaba de alguien que despierte sus conciencias, para hacerles entender las cosas.

No somos pues ya más la misma colectividad de antes. Magaly, también nos enseño, que por medio del arte, de la cultura, se puede surgir. Mostró casos de peruanos emprendedores, y que con pocos recursos salían adelante.

Ella creo ha despertado a las masas dormidas, y ahora, nos vemos en América, como los líderes, y en el contexto mundial, también como el posible tigre o mejor dicho puma, líder de los países en desarrollo. Todos saben, que el Perú ha alcanzado los primeros puestos en el ranking de los emprendedores, y que muchos empesarios, llevan sus negocios, que muchas veces ven florecer.

Por todo lo expuesto, presento a Magaly como mi primer personaje digno de resaltar y al cual admiro mucho.

Desde aquí mi tribuna, para desearle muchos éxitos, que seguro llegarán en su vida. Por otro lado demando que se le deje surgir y que no le pongan trabas en su camino.

No nos debemos acostumbrar a envidiar el éxito ajeno. Más bien creo, hay que resaltarlo y promoverlo, tenemos que sentirnos orgullosos, por ella, y rezar, para que aparezcan muchas más Magalys; cual bandadas de urracas, y que lleven en su pecho los hermosos colores rojo y blanco del Perú.