lunes, 28 de abril de 2014

UNIÓN CIVIL YA

Hay ocasiones en la vida que uno tiene que tomar partido por algo o alguien.

Y hay oportunidades que se les presentan a las personas para hacer valer su opinión y quedar ante la sociedad y el mundo como personas civilizadas, permeables al cambio y hacedoras de justicia ante el mundo.

Por todos es sabido, que a través de la historia han habido muchos prejuicios en contra de determinados grupos y que muchas veces por ignorancia, otras por abuso de poder, tanto político como religioso, han sido reprimidos, discriminados y menoscabados ante sus derechos.

Bien sabemos, que los derechos de la mujer, su igualdad ante el hombre y su capacidad para votar y gobernar fueron cuestionadas por siglos y fueron necesarias varias décadas para que ello cambie.

Luego, la minoría negra, fue segregada y apartada del común habitante del mundo occidental. Tuvo que haber grandes cambios para que primara la cordura y se estableciera que la raza no era motivo de segregación. 

Tambien otras minorías raciales o religiosas, como los judíos, gitanos y otros tantos migrantes fueron humillados, torturados, perseguidos y desterrados muchas veces de sus tierras y pueblos.

Hoy la minoría es cuestión son los   gays de todo el mundo, perseguidos, satanizados por su opción sexual.

Hoy alzan su voz para hacer prevalecer sus derechos para 
poder formar una familia, para compartir sus bienes, para poder cuidarse uno al otro, si se ellos se enferman; y por cierto decidir que hacer con sus bienes, propiedades, si alguno de ellos o ellas mueren. También por cierto, para otorgarle seguro  de salud, o una pensión del estado a la pareja.

Es un asunto de tanta justicia que ya cerca de 60 países han otorgado beneficios a estos ciudadanos, vistos como de tercera categoría, en muchos pueblos del mundo aún.

Hoy, a nuestros congresistas del Perú, se les presenta una oportunidad histórica de cambiar el estatus de estos ciudadanos y de otorgarle ciertos beneficios, aprobando, el audaz Proyecto de Ley, que presentara el congresista Carlos Bruce.

Hay muchas organizaciones entre ellas la Organización de Naciones Unidas 
que ven con buenos ojos el otorgar los mismos beneficios de los que gozan ya los heterosexuales. También ha manifestado su apoyo el Ministerio de Justicia y la Defensoría del Pueblo al proyecto de ley de la Unión Civil.

Hay políticos también como Alan García, Susan Villaran y otros tantos, que han manifestado su apoyo.De igual manera nuestro Nobel en literatura, Vargas Llosa, ha recientemente expuesto sus razones del porque de su apoyo al actual proyecto.

Sin embargo la Iglesia Católica en Perú se opone sin dar un atisbo de posibilidad a que sea viable la propuesta, porque su poder siempre quiere ser total; mientras tanto, paradójicamente, nosotros tenemos que aceptar callados cuando un sacerdote nos niega la confesión por ser gay.

Y es así, como debe tener bien claro el mundo, que no es que el homosexual sea una persona mala o perversa; sino más bien es como cualquier ser humano, y en tal condición, es susceptible de hacer, buenas, malas y abominables acciones.    

No es la condición de ser heterosexual, bisexual, homosexual lo que nos garantice que no cometamos en nuestra vida, una falta, o un acto indecente, reñido a la moral y en contra de otro ser humano. Somos cada uno en esencia ante Dios, uno; y ante El, se carece de sexo, edad, o condición social. Todos tenemos el bien y el mal en nuestras mentes. Todos luchamos por ser mejores, pero algunos lamentablemente caen y hacen mal. 

No me cabe hablar mal de las religiones porque fui criado en un medio religioso, tengo creencias religiosas, amigos religiosos, sacerdotes amigos, y admiro la labor de muchos de ellos, pero espero que Dios abra un poco sus ojos y no juzguen como si ellos tuvieran la última palabra, menos que hagan propaganda ofendiendo al colectivo gay y menos aún que lancen la primera piedra. Ya el papa Francisco ha opinado que quien es el para juzgar a los gays, entonces seria mejor, que para estar en sintonía con el jefe de la Iglesia se abstengan de emitir un juicio de valor.

Volviendo a la Union Civil, poco o nada podremos hacer los simples mortales, sólo tenemos la esperanza de que la verdad se vaya abriendo paso.

En la vida, a veces es más conveniente decir las cosas tal como uno las siente; es preferible quedar sin familia y sin amigos, y vivir con sus convicciones, que vivir rodeados de mentiras.

Es preferible quedarse con poca familia y de aquellos amigos que verdaderamente te quieren, que estar con gente que trata mal a tu pareja o la mira de soslayo.

Ahora recuerdo con lástima a mi abuela materna que negaba la presencia en casa a la esposa de su hermano por ser negra.Dos generaciones diferentes y situaciones de discriminación semejantes.

Sin embargo, mi benevolencia es mayor que mi lástima y vivo sin hacer daño a nadie y sin rencor por nadie.

Doce años con Jorge, y tenemos muchas alegrías, sueños y esperanzas; y tratamos desde nuestro punto de vists de no molestar a nadie y hacer el bien a nuestro prójimo.

Llevamos una vida apacible, con retos que enfrentamos juntos. Y con esta claridad de vivir en pareja, a pesar de los problemas puedo decir que soy feliz. Y si ello es así, que me puede importar la opinión de los demás?

Pero quede claro, que por lo expuesto estoy a favor de La Unión Civil Ya.